En un quirúrgico “golpe comando”, Juan Manuel Montuti Vasallo fue rescatado mientras era trasladado al Hospital en una camioneta del Servicio Penitenciario Bonaerense. Los malhechores conocían la ruta y no dispararon un solo tiro.
Alojado en la Unidad 21 de Campana, y dada una afección cardíaca, el miércoles 26 por la mañana, Juan Manuel Montauti Vasallo era trasladado hacia el Hospital San José para un chequeo médico.

Versiones lo sindican como ex lugarteniente del tristemente célebre Rodolfo “El Ruso” Lohrmann, EX VECINO DE LA LOCALIDAD DE LIMA.
Montauti Vasallo, alias “La Momia”, ingresó al penal en marzo pasado y desde entonces era la tercera vez que era trasladado al nosocomio local por la misma razón. Posiblemente, las dos ocasiones anteriores fueron un ensayo para planificar su fuga con apoyo externo: al requisar su celda ese mismo miércoles, las autoridades encontraron un teléfono celular roto y sin chip.
El beneficio de que los reos puedan acceder a telefonía celular en las cárceles bonaerenses se remonta al inicio de la última pandemia y a la imposibilidad de recibir visitas. Finalizado el aislamiento obligatorio, ese beneficio se extiende hasta el día de hoy, dado que se entiende que el uso de celulares es directamente proporcional al descenso del índice de violencia dentro de los penales dado que los detenidos se sienten más contenidos por sus familias.
Sin embargo, también es cierto que se registra un aumento de la comisión de delitos como estafa, venta de droga y grooming por parte de detenidos del Servicio Penitenciario Bonaerense, que se valen de los dispositivos móviles para delinquir aun estando privados de su libertad.
De hecho, la diputada radical Nazarena Mesías presentó en junio último en la legislatura bonaerense un proyecto para no sólo dar de baja el beneficio, sino también para instalar inhibidores de señal en los penales.
Volviendo al cinematográfico escape de “La Momia” concretada en una calle céntrica de Campana y dado el celular roto encontrado en su celda, resulta altamente posible que el dispositivo haya sido un elemento clave para concretar la fuga durante la mañana del último miércoles de septiembre.
Fuentes judiciales consultadas al respecto, comentan que quitar el beneficio del uso de celulares de las cárceles generaría un amotinamiento de proporciones épicas en todo el territorio bonaerense, algo difícil de controlar sin tener que lamentar bajas tanto de uniformados del Servicio Penitenciario como de reos.
Dado el escenario, y en un contexto electoral, nadie por el momento se ha prestado a pagar el costo político de transformar al SPB en un verdadero polvorín.
PROFESIONALES
Las diferentes crónicas periodísticas dan cuenta que el móvil del Servicio Penitenciario fue interceptado en la calle Belgrano a metros de Liniers, mientras se dirigía hacia el Hospital San José.
El móvil utilizado era una camioneta Volkswagen Amarok doble cabina (y no un camión de traslados). El reo viajaba en el asiento de atrás con un uniformado a cada lado, un uniformado al volante, y un acompañante, los cuatro armados sólo con pistolas reglamentarias.
Fue entonces cuando los tomó por sorpresa una camioneta Ford Ranger color azul que ya se encontraba estacionada con antelación sobre Belgrano y se les cruzó sin colisionarlos, obligándolos a detener la marcha antes de llegar al semáforo de Liniers.
Este no es un detalle menor: o los malhechores apostaron a que el móvil repetiría la ruta transitada en las dos oportunidades anteriores en las que “La Momia” fue trasladado al hospital municipal, o directamente “alguien” del Servicio Penitenciario fue cómplice en el rescate al asegurar la ruta elegida para tal fin.
De la Ranger bajaron 3 hombres con armas largas, mientras que 1 quedó al volante. Sin ofrecer mayor resistencia, los cuatro uniformados fueron obligados a bajar del vehículo oficial y permanecer boca abajo sobre el asfalto, mientras les sacaban sus pistolas. Ya inmovilizados y desarmados, los malvivientes se llevaron a reo y dos juegos esposas, además de las llaves del móvil penitenciario.
Mientras tanto, un testigo de la escena llamó a la aplicación municipal “Alerta Campana” dando aviso de lo que estaba sucediendo. La policía se presentó en el lugar a los pocos minutos, pero ya era tarde.
Una de las armas reglamentarias fue descartada en el jardín de una casa del Salmini al 1100, donde vive el periodista y conductor televisivo Rubén Carneiro. Nada se supo hasta el momento de las otras 3 armas, ni de las llaves del móvil.
La Ranger azul dobló sobre la avenida Varela hacia el Arco y se le perdió el rastro: una versión indica que tomó la Ruta 6 en dirección a Los Cardales (por lo cual habría pasado por delante del Complejo Penitenciario de Campana) y otra señala que bajó en Ruta 9 en dirección a Rosario. Todo el rescate salió a la perfección y sin disparar un solo tiro.
EL JEFE
Oriundo de San Miguel, “La Momia” Montauti registra un importante prontuario policial y es sindicado como frecuente integrante de bandas profesionales de larga data, que incluyen piratería del asfalto y asalto a camiones de caudales.
Incluso algunas versiones lo sindican como ex lugarteniente del tristemente famoso Rodolfo “El Ruso” Lohrmann (58), ex vecino de Lima acusado incluso de secuestros extorsivos, hoy preso en Portugal tras el robo de al menos 4 bancos en tierras lusitanas. Lohumann vivió en Lima hasta ya entrada su adolescencia y, según sus propias declaraciones al diario Clarín, se inició en el crimen organizado a finales de los años 70, robando ganado en pie mientras era transportado en camiones jaula.
Montauti cayó preso el 7 de enero último tras un millonario robo a una curtiembre en la localidad de Paso del Rey, por el que se encuentra acusado de los delitos de “robo agravado por portación de arma de guerra”, “falsificación de objeto registrado”, “encubrimiento agravado” y “resistencia a la autoridad”, a lo que hay que sumarle su manifiesta reincidencia delictiva.

La camioneta escapando por avenida Varela hacia Ruta 9. Algunas fuentes indican que eran dos vehículos.
Según fuentes periodísticas, Montauti Vasallo lideraba la banda que protagonizó ese atraco, y serían esos mismos integrantes de su banda quienes lo habrían rescatado en las calles de Campana, a plena luz del día, con una llamativa celeridad y precisión.
Experimentado y peligroso delincuente, Montauti Vasallo no perdió el tiempo tras las rejas: en marzo de este año fue alojado en la Unidad Penitenciaria 21 de Campana y tan sólo 6 meses después logró evadir a la Ley. Una vez más.