Un equipo del Hospital Infantil de Boston logró detener el crecimiento del cáncer de mama triple negativo —una de las formas más agresivas y con menos opciones de tratamiento— mediante el uso de una revolucionaria herramienta de edición genética.

Se trata del CRISPR (siglas en inglés de Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats) que permite editar el ADN con una precisión extraordinaria, como si fuera un “editor genético” que corta y reemplaza secuencias específicas.
En este estudio, los investigadores identificaron un gen clave involucrado en el desarrollo del tumor y lograron eliminarlo en modelos animales, lo que frenó el crecimiento del cáncer sin dañar tejidos sanos.
Aunque los ensayos fueron en ratones, este avance representa un paso enorme hacia tratamientos personalizados y menos invasivos para el cáncer. Se espera que en los próximos años comiencen los ensayos clínicos en humanos.