Se llaman toroidales, y sus palas tienen forma de bucle. Consumen menos energía, desplazan más fluido y vibran menos que las convencionales. Ya se usan lanchas con motores fuera de borda.

La invención de la hélice náutica se atribuye formalmente a Francis Pettit Smith, ingeniero británico que diseñó y patentó la primera hélice de propulsión náutica en 1836. Su invento reemplazó las poco eficientes ruedas de paletas (tipo noria) que se utilizaban a cada lado de los barcos de vapor en ese momento, lo que condujo a una rápida transformación de la industria naval.

Luego de casi 200 años de aquel hito, un nuevo diseño que se está desarrollando desde 2016 promete ser un antes y un después, tal como pasó con la solución encontrada por el ingeniero naval inglés. Se trata de la hélice toroide, que reemplaza las paletas de forma helicoidal por otras con forma de bucle (o toroide).

El concepto se le atribuye Greg Sharrow, graduado de Berklee College of Music, quien trabajaba como productor ejecutivo y director en el campo del video. Originalmente, se propuso desarrollar un dron ultra silencioso para su uso en la industria del entretenimiento y eventualmente con fines militares, donde el ruido es un factor crítico.

Sharrow sabía el ruido era producido principalmente por los vórtices (o turbulencias) de aire generados en las puntas de las aspas. Pero los drones y el cine quedaron atrás: actualmente, el inventor es el cofundador y presidente de Sharrow Engineering, empresa que ha desarrollado y comercializa hélices toroidales para embarcaciones deportivas con motores fuera de borda.

Estas nuevas hélices náuticas consumen menos combustible y dan una mayor respuesta de empuje (en condiciones determinadas llega a duplicarla) que las convencionales, además se ser increíblemente silenciosas y registrar menos vibración al interactuar con el agua.

También es cierto que el desarrollo no madurado y, hoy las hélices náuticas de Sharrow Engineering pueden costar hasta 10 veces más que las convencionales, pero prometen revolucionar la industria náutica, tanto deportiva, como comercial y militar.

Sorprendente demostración de Sharrow Engineering

EN EL AIRE

Algo similar está pasando con esta tecnología al ser adaptada a drones, según desarrollos impulsados desde el Laboratorio Lincoln del Massachusetts Institute of Technology (MIT).

Diseños de aspas toroidales (más bien “achatadas” respecto a las náuticas) demuestran ser singularmente sigilosas (tal como buscaba Sharrow para la industria del cine) además de ser, también, más eficientes que las tradicionales en términos de empuje de aire.

dron con hélices toroides

Llegado este punto, no es descabellado pensar que esta tecnología se masifique en sus diferentes usos y en un futuro no muy lejano, incluso podamos disfrutar de simples ventiladores domésticos con aspas toroidales que sean increíblemente silenciosos, además de más eficaces que los actuales.

Finalmente, es lícito preguntarse cómo un músico graduado en Berklee y dedicado al video llegó al diseño la hélice toroide y su aplicación en la industria náutica. Nada se dice al respecto en la página oficial de Sharrow Engineering. Sin embargo, podemos mencionar que algunos autores le atribuyen el concepto toroide a Arquímedes de Siracusa, físico, ingeniero, inventor, astrónomo y matemático griego (287-212 A.C.)

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