Por Silvina Torviso

Los que me conocen saben que no soy especialmente “mascotera” o apasionada por los animales en mi vida cotidiana, pero los libros de la filósofa belga Vinciane Despret (64) me proponen otras formas de pensar la alteridad. Cómo nos relacionamos con todos los seres vivos, con lo humano como con lo no humano.

A través de preguntas dispuestas en orden alfabético, la autora nos enfrenta a las miradas prejuiciosas con que la ciencia ha estudiado el comportamiento animal, tanto en cuestiones de territorio, como de jerarquía, como de la sexualidad.

Obviamente, la cuestión también ética atraviesa todo el asunto: el antropoceno (¿capitaloceno?) ha impuesto un modelo en el que lo no humano está al servicio del “hombre” y todo se somete al régimen de la propiedad, llevando a los seres vivos a un sistema de producción/explotación industrial que está llevando a nuestro planeta a la agonía.

La última pregunta, que lleva la letra Z, aborda, desde lo ético-jurídico la incomodísima cuestión de la zoofilia, planteando un más que espinoso interrogante: ¿está mal el abuso sexual animal pero no está mal, criarlo en formas crueles, matarlo y comerlo?

Lejos de toda corrección política, es un libro tremendo para deconstruir la forma de vida que la cultura hegemónica propone.

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