Por Miguel Di Fino (*)

Entre las historias de la historia reciente local, resurgen narrativas orales que dan cuenta de hechos, situaciones, que ni siquiera fueron con- signadas en su momento por crónicas periodísticas del pago chico, pero que poseen referencias vinculadas a como la represión estatal operara en una Campana en la que el poder empresarial ya gozaba de impunidades.

La historia que fuera narrada por varios de sus protagonistas no ha llegado aún a tomar estado investigativo, por lo cual falencias vinculadas al contexto histérico sabrá el lector disculparlas, pero la significación de lo acontecido amerita el (modesto) relato en este espacio.

Así, los hechos en cuestión se relacionan con lo ocurrido con 10 trabajadores en la empresa “Esso’, a fines de los años ’50 (1959), de la sección “Expedición”, que se rehusaran a cumplimentar la implantación de la “hora extra obligatoria”, que sería violatoria de la ley de contrato de trabajo en esos tiempos, por lo cual ingresara a la planta un camión del Ejército, proveniente de la “Fabrica Militar de Tolueno” -ubicada a corta distancia de la “Esso”-, con soldados portadores de armas largas y un oficial que ordené a los trabajadores que subieran al vehículo para dirigirse a un destino que les era incierto, pero para lo cual recibieran indicaciones de la Gerencia (Gerente General Giusti) de la planta para actuar, y sin que mediara intervención gremial alguna ante la detención.

Los trabajadores -entre los que se contaba Armando Larroca, Mario Zapata, Julio Mahía, Héctor Orbelli, Mario Mendieta, Eduardo Pons, José Luis Vallejos, Gregorio Chatzakis, Vallejos y Di Bello, hoy jubilados o ex trabajadores de refinería-, fueron Ilevados a la Base Naval del Arsenal de Marina” de Zárate como detenidos, donde debieron realizar trabajos forzados” (acarrear rieles y durmientes), utilizar “ropa de fajina” o cortarse el pelo (pelarse), como parte de las vejaciones que padecieran durante los veinte días de cautiverio, cuando no estaban en los calabozos, por lo que se sentían tratados como “delincuentes peligrosos” hasta que Ilegó la orden de liberarlos, con un contexto de conflictos laborales para los que lo indicado en las áreas fabriles sería “movilizar” a como dé lugar a los trabajadores para que cumplieran con sus tareas y más, ante políticas nacionales que encarnaba el reciente gobierno de Frondizi (1958), transcurriendo los hechos durante la primera gestión municipal de Dellepiane.

Por lo tanto, los “Movilizados de la Esso” fueron víctimas de un orden en el que ámbitos castrenses como el que fuera el “Tolueno” de Campana o el “Arsenal” de Zárate, anticiparan de la peor manera lo que a partir del golpe de 1976, “perfeccionaron” como Centros Clandestinos de Detención en la zona, en base a la detención forzada de trabajadores que defendían sus derechos confrontando con lo dispuesto por la empresa “Esso”, sin que éstos o sus familiares conocieran -inicialmente al menos- dónde los habían llevado, ni por qué la reacción empresaria resultaba tan brutal; reacción que en el transcurso del gobierno frondicista contaría con hechos represivos que resultarían paradigmáticos en la lucha de los trabajadores, tal como lo fue, por ejemplo, la ocupación realizada al frigorífico “Lisandro de la Torre” y el posterior y violento desalojo del mismo por fuerzas represivas.

Por otra parte, ¿Cómo ha ocurrido que las insignes “plumas’, las “alegres voces” del pueblo, cuando Campana probablemente tenía la tercera parte de los habitantes que hoy detenta, no hayan dado cuenta de lo ocurrido, al menos, con alguno de los compañeros…?, ¿Registrará algún acta del Honorable en esos años lo ocurrido…?, ¿Cuántas historias continúan pendientes de ser contadas, si de trabajadores se trata…?, ¿Cuántas no se contarán…?

Si bien esta breve crónica no agota la posibilidad de construir historia reciente desde hechos ocurridos en el pueblo, lentamente sus protagonistas se van atreviendo a narrarlos y si no fuera por estas narraciones yacerían ocultos, sin que la policromía de voces que les vuelven a dar vida logre hacerlo. Sin estos oscuros o luminosos relatos estos hechos se perderían en el tiempo.

(*) Publicado en “Relatos Desparejos” (Editorial Dunken – 2016) reproduciendo el artículo publicado en el periódico La Auténtica Defensa en su edición del 9 diciembre de 2012.

Fallecido en 2020, Miguel Di Fino se desempeñó como profesor de Historia, Geografía, Comunicación Social, y Medios Audiovisuales.

Fue miembro fundador del Observatorio de DDHH en Campana e impulsor de la causa 5310 que dio lugar a la investigación de los delitos de Lesa Humanidad cometidos en la zona y la identificación de los centros clandestinos de detención.

“Sobre ausencias y exilios” fue el primer trabajo que recopiló casos de desaparecidos y exiliados de Campana y Zárate. También publicó “De solitarios sueños y utopías truncas”, “Recordando el olvido” y “Relatos desparejos”.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *