“El amor por la historia creo que me viene de mi abuelo, quien era muy memorioso… De chico, en vez de jugar a los cowboys con mis amigos, yo prefería jugar a ser San Martín… jugábamos a la guerra de la independencia” dice el profesor de Historia Sergio Robles mientras apura el último sorbo de café esbozando una sonrisa.

Integrante de la primera colación de profesores de historia del Instituto 15 de Campana, Robles es el actual responsable de “La quinta Jovita” (casa histórica de 1870 donde funciona el Museo y Archivo Histórico Municipal de Zárate), acaba de publicar su último ensayo: “¡VIVA GUERCI! – Caudillo del norte bonaerense. La vida de un hombre de acción temeraria que caracterizó a una época”.
En el extenso prólogo de Oscar Trujillo puede leerse: “El análisis nos permite ver cómo una construcción política personalista -el conservadurismo bonaerense- fundó sus bases como una coalición de caudillos locales, de base estrictamente territorial y barrial. De allí que las prácticas clientelistas convívan con el mundo de la más sórdida marginalidad. Rufianes y matones, pistoleros y testaferros son la más elemental capilaridad de ese frondoso y robusto árbol cuya semilla hunde sus raíces en las prácticas políticas más básicas y pre modernas y cuyas consecuencias la democracia argentina aún intenta superar, cumplido ya el primer cuarto del siglo XXI”.

–Para quien no es vecino de Zárate o conoce su historia superficialmente, el apellido Güerci sería algo así como el prístino sinónimo de la transformación urbana zarateña durante la primera mitad del siglo pasado: el palacio municipal, el empedrado céntrico, la llegada del agua corriente y las primeras cloacas… Sin embargo, en el subtítulo del libro menciona la “acción temeraria que caracterizó una época”…
-Temeraria fue toda su vida… antes de ser intendente pasó por la cárcel en varias oportunidades: por violencia contra la mujer con la que convivía, por la muerte de un comisario y la de un oficial de policía. Pero la privación de su libertad fue breve… lamentablemente, no tuve la oportunidad de acceder a la documentación que explique esas muertes o la carátulas de las causas. Lo que sí surge del análisis es que a pesar de esos antecedentes, continua con su carrera política dentro del radicalismo porque al poco tiempo de recobrar la libertad es nombrado secretario del concejo deliberante… con lo cual me pregunto en el libro si Güerci no es, por decirlo así, premiado por esos homicidios al haber hecho justicia por mano propia. De hecho, más adelante, en la década del 30, él mismo hace referencia a una de estas muertes. Además de los dos homicidios, pensemos que en 1918 el gobierno nacional de Hipólito Yrigoyen interviene el gobierno provincial, y este a su vez interviene las comunas que respondían al conservadurismo. En ese contexto, hay otro episodio de violencia que cobra estado público. Los radicales se reunían en la confitería El Progreso, frente a la plaza, donde ahora funciona la Escuela Técnica 3. Güerci, junto a un grupo de allegados, ingresan al lugar. El tiroteo termina con un radical muerto y el mismo Güerci herido de bala… mi interpretación personal es que Güerci era una de esas personas que encuentran placer en la provocación. No la elude, va al frente. Y en esa lógica de vida, es que termina muriendo en un acto eleccionario, por un balazo. Murió en su Ley. Ya era anciano, tenía 70 años. En el gobierno nacional estaba Ortíz, quien se había comprometido a garantizar elecciones limpias, y su vicepresidente, Castillo, respondía a los Conservadores que naturalizaban el fraude electoral como práctica política. En esa lógica de dispersar a los votantes opositores, Güerci llega a una escuela de Villa Fox donde se estaba votando y se produce un tiroteo fenomenal en el que pierde la vida. Aparentemente, no recibe un balazo directo, sino que una esquirla rebota y le pega en la ingle. Güerci muere desangrado a las horas. Muchos dicen que llevaba un chaleco antibalas. Su muerte cierra el ciclo conservador en Zárate. La trayectoria política de Güerci se divide en dos: Radical hasta 1910, cuando es expulsado del partido y de ahí en adelante se hace Conservador.

–Una época en la que conservadorismo era sinónimo de fraude electoral…
-Hay algo curioso en la trayectoria de Güerci en relación al acceso del Radicalismo al gobierno nacional en 1916, luego del ciclo Conservador. En el caso de Zárate el radicalismo accede a la intendencia tempranamente, lo cual es singular. Desde ese lugar, hay que considerar si las prácticas poco republicanas de Güerci y su entorno ya estaban presentes cuando accedieron a esa primera intendencia, es decir, por medio del fraude o no. Surge como interrogante, yo no le he resuelto, no encontré evidencias. Lo que sí es manifiesta la presencia del fraude, y de manera escandalosa, durante su etapa conservadora.

–Abandonada pero todavía en pie, ahí está la Mansión Güerci… Se ve que logró a amasar una fortuna.
-La mansión es otra de tantas particularidades de esta historia, la construyó en la década del 20. Yo tenía una querida amiga, Blanca Buda, de Escobar. Estuvo detenida durante la dictadura en Zárate, pero no sabía a dónde exactamente, no pudo reconocer ningún lugar. Finalmente, el año pasado, se señalizó a esa mansión como centro clandestino de detención… es muy probable que ella haya estado ahí. Blanca ya no está para confirmarlo pero estoy seguro que fue así. Como sea, de alguna manera, Güerci está asociado al inicio y al punto más profundo del ejercicio de la violencia política en la Argentina. Sin ir más lejos, durante la dictadura le pusieron su nombre a un puente céntrico de Zárate; y durante la Revolución Argentina que derrocó a Ilía, bautizaron con su nombre al balneario municipal. Con la mansión Güerci empieza y termina mi libro…
–¿Cuánto tiempo le llevó escribirlo?
-Escribirlo, unos 7 meses. Pero reunir el material, más de 20 años. De hecho mi tesina para recibirme de profesor de historia habla sobre Güerci… Tengo testimonios de familiares, de contemporáneos ya fallecidos, documentación a la que accedí a lo largo de los años, incluyendo crónicas periodísticas.
–El inmigrante que participa en la Revolución del Parque pero termina siendo conservador; el que rebautiza la ciudad y el partido de Zárate con el nombre de quien derrocó a Yrigoyen y dio inicio a la década infame; el dueño del diario El Debate; los hechos de sangre; la doble vida familiar… Pareciera que en el caso de Güerci la realidad supera la ficción.
-(Ríe) Alguien me dijo que este libro era para hacer una película…
– Como que estaba muy acostumbrado a hacer su voluntad a como dé lugar…
-Totalmente. Fue un caudillo prepotente, en un contexto prepotente.
