Por Pablo Modarelli (*)

Desde algún lugar, el homenajeado de hoy nos está mirando y debe preguntarse ¿Qué festeja esta gente? Alguien seguramente me corregirá y dirá:  Pablo, hoy no se celebra, se conmemora (es por el aniversario de muerte) Y alguien desde arriba dirá: Seeeee, con un feriado largo.

Singular situación la de Don Manuel Belgrano: Ubicado en el podio de los próceres argentinos; casi indiscutido con respecto a sus cualidades a punto de no ser parte de ninguna grieta (todo un mérito en este país), se lo resalta por haber terminado sus días en la pobreza (cómo si eso fuera un mérito que fácilmente hoy podría ser cumplido por casi la mitad del país) Es que a esa situación se le olvida un pequeño detalle. Murió pobre, tras haber llegado rico a la función pública. Eso sí llamaría la atención.

Se lo recuerda el día en que se murió y como si hubiera sido el Gino Bogani de las banderas con un acto tan simple: “Miró al cielo y la creó”. Vaya mérito… No quisiera imaginar si fuera un prócer “del montón” y muy discutido. Por eso, mejoremos la cotización de Belgrano. Y para eso nada mejor que preguntarnos hoy si hubiéramos hecho lo mismo que él.

Belgrano: Clase acomodada, bien arriba de la línea de la pobreza; una formación académica Premium (habiendo estudiado en el Real Colegio de San Carlos y en Salamanca algo que muy pocos criollos podían hacer); soltero codiciado…

Mañana vienen y nos dicen: el país no te necesita para lo que estudiaste, para lo que te formaste…te necesita en otra parte (a él le tocó de militar) ¿Quién lo haría?  ¿Qué pedirías a cambio? ¿Con qué condiciones aceptarías?

Quien está pensando en el dinero que habrá cobrado por las batallas le recuerdo que los famosos 40000 pesos fuertes Belgrano los “cobró” en 1995. Aproximadamente 180 años después de morir. Evidentemente, no fue con un cheque al portador.

Acá bien se podría decir: “Belgrano lo hizo”. Por eso le cabe mi definición de héroe:  un tipo común, haciendo cosas extraordinarias. No son opiniones, son hechos.

¿Qué sabemos de Belgrano que no tenga relación con la bandera?  El nombre completo:  Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano. Perdió más batallas de las que ganó, no le escapó a ninguno de los destinos donde se lo envió.  A Paraguay (lo mandaron con 500 soldados y allá lo recibían 12000 reclutas), al Alto Perú.  Ganador en Salta y en Tucumán donde el abogado Belgrano con un ejército de 1800 derrotó a otro con 300 hombres. No se casó; tuvo hijos soltero (eso no es de prócer, por favor).

En este país necrológico, lo importante es …el día de su muerte (Lo que no haríamos con ninguno de nosotros ni con el familiar más querido) Como para que los más chicos no se confundan, es entendible.

Como el 25 de mayo con el Cabildo, en esta fecha afloran grandes discusiones. Tan interminables como inservibles: ¿Dos franjas o tres? ¿Horizontales? ¿Verticales?  ¿Primero Blanco?  ¿Primero Celeste?  ¿El celeste de hoy es el celeste de ayer? ¿Él mandó a coser los paños? Permítanme decirles: En su autobiografía, en ninguna de sus líneas, se refiere a la creación de la Bandera.

A este hombre poco común la historia oficial no se ha cansado de elogiarlo… por la creación de la bandera y por la donación de 40.000 pesos fuertes para que se construyeran cuatro escuelas. ¡Ay Billiken!  ¡En qué lío nos metiste!

Con todo lo que hizo, lo menos importante de Manuel Belgrano en su vida fue crear la bandera. ¿En verdad la creó? ¿La que enarboló en Rosario es la que hoy es venerada? Por favor, Belgrano fue mucho más que un costurero. A Belgrano le debemos fundamentalmente gran parte de nuestra independencia y del territorio que heredamos.

Cito a Rodolfo Terragno: “A lo que nos enseñaron sobre Belgrano, la confusión aumentó al cantar “A mi bandera”, la que conocemos, “llena de orgullo y bizarría”, esa que en San Lorenzo “tremoló triunfal”. Y que luego cruzó “el continente, exclamando a su paso: ¡Libertad!”. Ninguna de las cosas es cierta: ·San Martín peleó en San Lorenzo con la bandera española.

Esa bandera, roja y amarilla, flameó en el fuerte de Buenos Aires hasta 1815. La de Belgrano no escaló “la cima de los Andes”, porque el ejército de San Martín tuvo bandera propia. En todo caso, lo trascendente es que Belgrano, con “una” bandera -no importa cual; podría haber sido verde o anaranjada- asumió un liderazgo y comenzó a darle identidad propia a lo que, en 1816, sería una nueva nación.

254 años después de su nacimiento Don Manuel dice: ¡BASTA! Basta de ofrendas florales, de ponerle su nombre a las calles, a las plazas, a las escuelas, a clubes de futbol, a líneas de FFCC, de poner su cara en billetes de escasa duración y denominación.

Imagino que Belgrano nos está mirando (sino baja es porque no nos entiende que, estemos siempre por empezar a poner en práctica las ideas que hace casi 200 años él hablaba) y pide: Pueblen la tierra de árboles, mucho más en las tierras llanas que son propensas a la sequía, cuando no están defendidas y así se protegerán los recursos naturales. Basta de exportar la materia prima: hay que promover la industria para que la materia prima no busque manufacturarse en otro país. Si no hay independencia económica no puede haber libertad civil. Hay que acabar con cualquiera de los monopolios (¡que no se aparezca hoy!). Hay que promover la educación de hombres como mujeres (¡10 años antes del nacimiento de Sarmiento!  Si, el sanjuanino se quedó con los derechos de autor. Pero Manuel fue el primero… otra de Billiken y de Mitre)

Evidentemente Don Manuel, como abogado sabía mucho más de economía que sus colegas y los mismos economistas de aquella y de esta época (La de tiempo y esfuerzo que nos hubiésemos ahorrado con solo hacerle caso al menos en dos o tres de sus ideas).

Este tipo que no quería en su patria ser su jefe, ni el padre, ni se creía un enviado de las fuerzas del más allá. Solo buscó ser un digno hijo de este país y desde donde esté seguramente estará gritando: ¡Del color que sea! ¡Con las franjas que elijan! Con sol o sin sol, pero únanse y sigan todos a la misma bandera.

(*) Profesor de Historia. Discurso pronunciado durante el acto del 20 de junio de 2024 organizado por la Municipalidad de Campana.  

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