Con mucha mística e historia familiar vinculada a las vides riojanas, el contador, sommelier y winemaker César Vera Barros presentó en Campana ejemplares de las bodegas Castore y Collovati.

Si hay una uva insignia de La Rioja esa es la Torrontés que, a su vez, y según explica el riojanísimo César Vera Barros, “es única en el mundo”. Con este prólogo, salió a pleno galope el “Corcel” de Castore, gestado con uvas de Nonogasta cosechadas en 2022.
De la mano del Ingeniero Agrónomo y Enólogo Javier Collovati, lo que busca este elegante blanco es “romper con la estructura riojana” que involucra cierto dejo amargo que se logra evitando la sobre maduración de la uva con una cosecha temprana. De color amarrillo verdoso, en nariz recuerda al durazno, también algo de ruda y azares. Fresco y ligero, tiene notas cítricas y un largo recuerdo en boca.
Los quesos, el pastrón y el pan casero ya estaban sobre las mesas cuando fue el turno de los tintos de Castore. Siempre es grato cuando el que presenta una degustación es dueño de la bodega porque, detrás de cada descorche, aparece no sólo (y nada menos que) un vino de autor, sino también la mística familiar detrás de cada creación.

La familia de César cultiva uvas en los altos de valles de La Rioja desde 1958: “Si se fijan bien, las etiquetas de esta línea son verde pizarrón y al costado aparece una campana de escuela… es un homenaje a mi abuela y a mi madre, que fueron maestras” dijo César. Sobre el frente de las etiquetas, puede leerse (en letras color tiza) toda una declaración de principios: “Porque enseñar es aprender y aprender es enseñar. Castore, el homenaje silencioso a generaciones de educadores que dan todo por el conocimiento”.
Así le entramos al Malbec 2020, gestado con uvas cosechadas en fincas de los valles de Guandacol y Famatina. Suave y elegante tanto en nariz como en boca, está criado sin madera para que “la uva sea la indiscutida protagonista”. Es un vino de color rojo rubí profundo, ligero, fresco y elegante.

Luego fue el turno del Bonarda 2020 del que sólo se hicieron 1000 botellas. De color rojo intenso y brillante con reflejos violetas, aparecen las cerezas y ciruelas. Levemente ácido, con taninos de estructura media, tiene una grata y extensa persistencia en boca. Según explicó César, la Bonarda argentina es una uva muy productiva y por esa razón incluso es frecuente que sea utilizada como corte (aunque no siempre se lo mencione en la descripción).
Con las pizzas caseras (rúcula y napolitana) llegó el Malbec 2021 “Sobresaliente” de Castore. Es un vino de guarda con 30% de Cabernet Sauvignon, y se recomienda dejarlo respirar un rato, antes de consumir. Criado 6 meses en barricas de roble francés y americano, es rojo intenso. Aparecen los frutos rojos, el chocolate, la vainilla.
Para la segunda parte de la velada, César presentó tres ejemplares de la bodega de su enólogo y amigo Javier Collovati: el Malbec 2020 y el Corbeau Noir 2020 y el blend Severino 2020. Los tres vienen del valle de Sañogasta, un microclima a gran altura y seco, donde aparecen los primeros cardones que anuncian las proximidades del desierto profundo.
El Malbec 2020 tiene una guarda en roble de 12 meses y otros tantos estibados en botella. Varietal al 100%, además de frutos rojos, aparecen la canela, la vainilla, el chocolate… y sutiles notas mentoladas que son características del terroir.
El Corbeau Noir 2020 tiene el mismo tratamiento de guarda y estiba que el Malbec. Es un varietal al 100% muy perfumado. De gran cuerpo, denso. Con entrada amable, sus taninos le dan carácter y vivacidad en boca, además de un extenso final.

El cierre fue reservado para el Severino 2020, blend gestado en memoria a su abuelo Severino Collovati, quien fuera ex secretario de la bodega cooperativa La Riojana y alma mater de la bodega Valle de la Puerta, la que continúa en manos de la familia.
Potente y complejo, de color bordó, apto para guarda, tiene un 70% de Malbec y un 30% de Cabernet Sauvignon. Aparecen frutos rojos combinados con el carácter pimentoso típico del Cabernet, toques de vainilla y chocolate, que degustamos junto a una exquisita porción de tarta de manzana, acompañada por una bochita de helado de crema americana salpicada con granola.