Será durante el año que viene, tras la construcción de una estación de transferencia de pasajeros exclusiva para tal fin. Estará ubicada en un terreno municipal de unos 1300 metros cuadrados sobre la esquina de San Martín y Andrés Del Pino, frente al edificio de la UTN, y que actualmente se usa en comodato como estacionamiento para profesores y alumnos de esa institución.

La estratégica –y tal vez histórica– decisión fue eclipsada por otra noticia no menor: a partir de esta semana, sin alterar el resto de los servicios y frecuencias, salen dos 194 de Metropol vacíos (léase sin pasajeros que vienen ya sentados desde Zárate) a Capital desde la parada de San Martín y Liniers. Este servicio se presta de lunes a viernes a las 5.30 y 6.30; y los domingos a las 19.
“Estos servicios se suman a los ya existentes y garantizan 90 asientos diarios exclusivos para vecinos de nuestra ciudad en los horarios de mayor demanda”, explicó el intendente Abella a los periodistas.
Durante el anuncio (del que participó también el ex gerente general de la estatal Intercargo durante la presidencia de Macri y actual gerente general de Metropol Argentina, Sebastián Presumido) no se brindaron mayores detalles, pero seguramente también estamos hablando del ensayo que permitirá aceitar el recorrido que el 194 realizará hacia la futura estación de transferencia municipal sin tener que atravesar media ciudad. Esto es: colectivos de la 194 que vengan desde Zárate por la Ruta 6, suban a la Ruta 9 e ingresen a Campana por el Arco, para levantar pasajeros sólo en San Martín y Del Pino para continuar hacia Capital Federal (y viceversa, claro).

De concretarse la promesa, habrá beneficios indirectos para la ciudad en términos de seguridad vial y de mantenimiento y reparación de calles. Ergo: la inversión en la futura estación de transferencia posiblemente se pague sola más temprano que tarde.
INCERTIDUMBRE
Lo que genera cierta incertidumbre es el DNU que desregula el transporte de media y larga distancia, y entrará en vigencia en los próximos días: las tarifas y frecuencias estarán total y completamente liberadas a criterio del operador.
Como contrapartida, también se liberarán los “pisos” o rutas, lo que permitiría, por ejemplo, que Masterbus vuelva a ofrecer un servicio a Capital como en el pasado si así lo desease, o que cualquier emprendedor decida poner combis para rasguñarle pasajeros a la línea 194 de Metropol.
El experimento libertario, en el mejor de los casos, intenta poner en jaque a operadores hegemónicos merced a la supuesta y potencial “libre competencia”, pero también puede engendrar daños incuantificables en múltiples aspectos en un servicio ya no considerado “público” para el Estado y como tal, se transforme en imprevisible o directamente caótico tanto en horarios como en tarifas.
En este sentido, vale recordar además que el DNU de marras que entrará en vigencia el lunes 6 de enero también permite que una empresa abandone una ruta o destino por considerarlo poco rentable, o sólo lo cubra en la temporada que crea conveniente…
Es decir: a simple vista, el DNU que desregula el transporte de media y larga distancia en la Argentina deja varios aspectos clave sujetos a la mera “discrecionalidad” de los actores de turno cuando va de suyo lo sensible y estratégico que es garantizar el transporte seguro, eficiente y confortable de personas ya no sólo entre Campana y Capital Federal, sino en todo el extenso y poco poblado territorio argentino.