Al igual que en el resto de la región, Campana experimenta un retroceso histórico en la oferta de viviendas en alquiler.

“El propietario que decide seguir alquilando, quiere pactar un precio por encima del mercado para cubrirse”, señala el matriculado consultado.
“Hace meses que está todo parado, prácticamente no hay nueva oferta de alquiler de viviendas, sí se mueven algo más los locales comerciales, que tienen otro régimen. Esto pasa en Campana, como en el resto del distrito, que incluye a Zárate, Exaltación y Escobar”, señala un reconocido martillero campanense quien prefirió reservar su nombre.
Si bien Campana en particular se ha caracterizado por tener un histórico déficit habitacional por encima de la media provincial, la anómala coyuntura parece replicarse en el todo el territorio bonaerense y en el resto del país. “Es necesario una nueva regulación que beneficie y equilibre la oferta”, agrega el matriculado.
Dado el contexto inflacionario, la Ley de Alquileres vigente ha retraído la oferta por la extensión de contrato (3 años) y los tiempos de actualización (cada 6 meses); “cuando lo razonable sería contratos a 2 años y actualizaciones de al menos cada 3 meses”, dice y en ese sentido recuerda la Ley 23091 que se sancionó durante la Administración Alfonsín en los años 80’s: “Aguantó inflación, hiperinflación, desagio… todo. No digo que se acomoda el problema al 100%, pero más o menos”.
“En Campana, un departamento de unos U$S 60 mil hoy puede generar un alquiler de unos $140 mil. Pero hay que entender que en 6 meses esa cifra puede ser irrisoria para el locador que, incluso, puede ir a pérdida si se tiene que hacer cargo de un gasto extraordinario como puede ser el cambio de un calefón. Si la ley es clara y le da seguridad jurídica al propietario, el panorama tiene que cambiar. Con la última modificación realizada en octubre, el alquiler se actualiza por un índice que se llama Casa Propia: es complejo y va un 20 ó 30% por debajo de la inflación. Todas estas circunstancias hacen que el tradicional inversor que compraba una vivienda para ponerla en alquiler desista de la operación; y el propietario que decide seguir alquilando, quiere pactar un precio por encima del mercado para cubrirse, porque nadie sabe lo que van a valer las cosas dentro de 6 meses”, concluyó la fuente consultada.